martes, 5 de junio de 2012

LOBOS DEL SISTEMA


Hoy se ríen del pueblo y de su ingenuidad política, estrechan sus manos en señal de fidelidad, estremecen sus copas saludando la victoria y vitorean el nombre del partido e hinchan sus corazones del más puro fervor patriótico. Se rebelan contra sus principios y convicciones iniciales, reniegan de su pasado; y en un afán de reingeniería se acomodan al viejo juego del pasado. Seducidos por el desarrollo, incurren en los mismos tropezones de los que antes descalificaban contundentemente;  hoy  volvemos a mirarnos las caras entre nosotros, desconcertados con una interrogación en nuestros rostros, volvemos a preguntarnos ¿Qué paso?
Sencillo, utilizados nuevamente por la parasitaria clase política de nuestro país, que sí no son ellos directamente, se enquistan de la manera más descarada en las nuevas camadas que enarbolan  las banderas del cambio, utilizando los viejos métodos que hoy utiliza el capitalismo en el mundo, generando escenarios de inestabilidad e incertidumbre en países carentes de identidad y una desquebrajada cultura de valores.
La ideología en estas líneas sale sobrando, pasar de las viejas expectativas del ayer a empezar asumir un nuevo rumbo pero sin horizonte definido; solo grafica que grande puede ser el oportunismo en tiempos de una necesaria reflexión;  y hoy ha quedado demostrado, que la demagogia sigue siendo una de las practicas viles y nefastas en un país donde la seudodemocracia es pan de cada día, la demagogia se  convierte en el arma de alcance en las masas desprotegidas y donde el estado definitivamente no llega.
Los dígitos en ceros seducen casi siempre a nuestros caudillos, posteriormente la ideología proclamada se entibia y se unifica con la posición contraria conformando una sola masa, provocadora de estragos a posteriori en los cimientos, expuestos en años de abandono y  olvido.
Decencia política, el eterno ausente en nuestra iniciación como república,  los actores del ayer y hoy se inclinan por actitudes tiranas y déspotas de poco diálogo, arrastrando a nuestro país en una de  las peores crisis encaminadas por siglos, algunos libran batalla contra el rostro más encarnizado e inhumano como este sistema asfixiante y poco tolerante; pero son reprimidos con las artimañas más bajas y poco coherentes en un país catalogado como democrático y de ancha base.
Hoy todos se aglutinan hacia las redes del poder económico, cegados por los términos de la tecnocracia, pretenden desafiar a la naturaleza  y desestabilizar el medio ambiente.  El poder desmedido engendra más poder excluyente; mientras se diluye la esperanza de una patria nueva para todos.

Marat… 

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